LA CASA DE ANTONETE GÁLVEZ

La casa donde vivió Antonete Gálvez se encuentra situada en el huerto de San Blas, en Torreagüera, un espacio que linda, por el sur, con el Secano o barrio de San Blas, un paraje muy solitario en época de Antonete que tiene de fondo el Miravete, monte en el que hubo actividades mineras y hornos de yeso y por donde pasa la cañada Real de Torreagüera; al noreste queda el Ramblón, lo que fue el camino de Murcia y la actual Vía Verde, por donde discurría el ferrocarril, y por el suroeste pasa la carretera de San Javier.


El lugar se atuvo a las reglas históricas de poblamiento medieval murciano, según las cuales los caseríos buscaban la proximidad de los caminos y el resguardo de las laderas montañosas, como queriendo huir de las avenidas del río; queda rodeado por una serie de lugares emblemáticos: el monte Miravete, la Cresta del Gallo, Monteagudo y el Castellar, hitos que servían para controlar los accesos a la ciudad en tiempos de invasiones.

Esta era una propiedad de la orden de San Juan de Dios y en sus terrenos se erigía una pequeña ermita dedicada a San Blas, de ahí su nombre. De lo que la finca producía se abastecía el Hospital de Pobres de la ciudad de Murcia

La propiedad fue desamortizada y pasó a manos del hermano del marqués de Camachos, que la puso en arriendo. Cuando, en 1843, Antonete se casó con su prima M.ª Dolores Arce Tomás, se fueron a vivir a esa finca, donde ya estaba erradicada la familia de ella. Allí cultivó un centenar de tahúllas en la que había frutales, agrios y moreras.

Lo que se conoce como casa de Antonete, era una construcción rural cuya vivienda constaba de dos plantas. En la planta baja estaban las dependencias de día y servicio y en la planta superior estuvieron los dormitorios. El resto de espacios de la planta baja estaban destinados a cuadras, almazara, almacenaje de alimentos, almacenaje de aperos, bodegas y llegó, incluso, a haber un pequeño laboratorio geoquímico y una fundición.

Camuflado en las tinajas de almacenaje, se escondía un hueco por el que Antonete accedía a un escondite cuando se sentía perseguido.

Por el Secano se llegaba a la parte posterior de la casa a través de una puerta de hierro de dos hojas abierta en el muro que rodeaba el huerto y lo protegía de las ramblas. Al acceder, a la derecha se encontraba la casa de los caseros; junto a ella, una cuadra para el caballo y la tartana y a la izquierda quedaban las cuadras. Por la derecha partía un camino que llevaba a la fachada principal, orientada al Ramblón. Era una fachada de dos palmos de ancha, de yeso; el tejado, a tres aguas, estaba formado con teja de cañón y otro muro separaba la casa del huerto.

La ermita que habían construido los hermanos de San Juan de Dios, estaba anexa a la casa y se accedía a ella a través de una puerta de dos hojas pintada de azul claro; sobre ella fue donde se ubicó el salón de reuniones de la logia Miravete, que fue fundada por Gálvez en 1893. El salón de la logia tenía una pequeña ventana y en el techo, los restos de pintura azul nos remiten a la representación de la bóveda celeste.

Hasta hace no mucho tiempo se conservaba la hornacina de la capilla y la pila de agua bendita, así como unas pinturas datadas en el siglo XVIII que, a modo de trampantojo, decoraban la pared en la que predominaba la tonalidad salmón.

Cuando vivía Antonete, el huerto y la casa estaban llenos de vida. Allí habían nacido y crecido sus seis hijos; en el huerto los cantos de ruiseñores, caverneras, merlas, totovías y gorriones se mezclaban con los ladridos de los perros y el cantar de las ranas cuando se aproximaba el verano. Al atardecer se desplegaban todos los rojos sobre la silueta de la casa rodeada de palmeras.

La casa del huerto de San Blas sirvió en muchas ocasiones de asilo de prófugos, de hospital de afectados por las epidemias de cólera y de refugio de desamparados por las riadas.

El estado actual de la edificación es ruinoso. Sometido a un abandono durante muchos años, la cubierta ha cedido por varios sitios, algunos muros se ha desmoronado, provocando el deterioro de algunos restos que aún se conservaban, como las tinajas.

En febrero de 2002 los entonces dueños cedieron la casa al Ayuntamiento, que en julio de 2021 aprobó el proyecto para comenzar su consolidación y posterior rehabilitación.

Aunque la casa se encuentra protegida y catalogada en el Plan General de Ordenación Urbana de Murcia y en la legislación de patrimonio cultural vigente, fue incorporada a la Lista Roja del Patrimonio, de la asociación Hispania Nostra, en septiembre de 2021.

Texto: Taller Antonete Gálvez, Centro Cultural Antonete Gálvez de Torreagüera: Dolores Abellón López, María Belmonte López, Ana María Buendía Martínez, Esmeralda Díaz Sánchez, Aurelio Flores Llor, Mari Carmen Lázaro Muñoz, Mari Carmen Lorca López, Guadalupe Pagán Carrillo, Severina Perona Sánchez. José Sánchez Martínez y Josefa Saura Sánchez

Coordina: María Ángeles Muñoz Cosme
Fotos: M.ª Carmen Lorca López

FUENTES:
– AYALA, J. A.: La masonería en la Región de Murcia. Murcia: Mediterráneo, 1986.
– BALERIOLA, G.: Historia de D. Antonio Gálvez Arce. Murcia: Las Provincias de Levante, 1899.
– “Casa de Antonete Gálvez”, Lista Roja del Patrimonio [En línea][Consulta 10/05/2022]
– “El Ayuntamiento de Murcia aprueba las actuaciones para la rehabilitación de la casa de Antonete Gálvez”, Onda Regional [En línea][Consulta: 12/05/2022]
– GARCÍA ABELLÁN, J.: Genio y figura de Antonete Gálvez. Murcia: Colección Hoja de Laurel, 1976.
– MARTÍNEZ GIMÉNEZ, J.: Nobleza de Héroe. Antonio Gálvez Arce desde su cuna. Torreagüera (Murcia): 1999.
– MARTÍNEZ SOTO, A.: Antonete Gálvez, el León de la Huerta : (1819 a 28-12-1898). Murcia: La Verdad Multimedia, 2009.
– ROLANDI SÁNCHEZ-SOLÍS, M.: “Antonio Gálvez Arce (1819-1898)”. Cuadernos Republicanos, nº 98, Otoño 2018, pp. 123-190.

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