LAS CASA ALTAS DE TORRE GUIL

SANGONERA LA VERDE. UN PATRIMONIO POR DESCUBRIR II

 

sangonera. Las casas altas

 

Presentamos una nueva entrega de los trabajos realizados por el Taller de Historia Local del Centro Cultural de Sangonera la Verde. En esta ocasión recorremos uno de los escenarios que, con bastante frecuencia, enmarca recuerdos y narraciones de los que el grupo ha compartido semanalmente en las sesiones de trabajo realizadas en el centro cultural. Se trata de la conocida finca de Torre Guil, una de las que mayor extensión e importancia tuvieron de cuantas configuraban el territorio de la pedanía; pero en concreto lo haremos por su zona más elevada, llegando a las conocidas como Casas Altas, metidas prácticamente en la sierra. El paraje, cuya escasa accesibilidad no impediría apostar por obtener también allí el anhelado rendimiento agrícola de la tierra, se encuentra a unos tres kilómetros del casco urbano y aún hoy resulta imposible llegar en vehículo. La necesidad hacía que hasta aquí subieran para trabajar de sol a sol muchos vecinos, o para recoger leña, o cazar alguna liebre de forma furtiva; no importaba la distancia, ni que se tratara de un entorno ciertamente cargado de dureza. Nuestra benevolencia con el lugar se acrecienta al contemplarlo pasado el tiempo, dulcificado por la memoria y por la vinculación a algunas manifestaciones lúdicas y festivas a las que antaño sirvió de marco. De todo ello hablamos en nuestro camino, pues de una forma o de otra, las Casas Altas aparecen en la biografía de infinidad de sangonereños y jornaleros foráneos cuya vida giraba en torno al milagro de mantener fecunda una tierra tan extrema. Y de hacer suyo un paisaje, sin poder serlo del todo.

Sangonera la Verde. Un patrimonio por descubrir II: Las casa altas

 

Mapa de la Huerta de Murcia, año 1721 (fragmento). Archivo de Simancas.

Mapa de la Huerta de Murcia, año 1721 (fragmento). Archivo de Simancas.

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